La realidad de diseñador gráfico es muy distinta a los que muchos piensan. El sueño de la mayoría de los colegas de profesión es crear diseños significativos que comuniquen a nivel visual, intelectual y emocional. Es la alegría de ser creativo y de paso te paguen por hacerlo. Pero la realidad de ese sueño es que a menudo viene acompañado con un alto precio que incide directamente en el «alma creativa». Hay un sin fin de reuniones, revisiones del cliente, cambios de dirección por capricho, jefes de proyecto frustrados que se sienten directores de arte, largas horas trabajo y a menudo poco reconocimiento. Estas son las luchas cotidianas y universales de un diseñador gráfico.
Os dejo una infografía realizada por la gente Visual.ly que lo refleja muy bien…
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